La banca del suplente

28.06.2020

En una oportunidad con mi familia fuimos a mirar un partido de fútbol, debo reconocer que no me gusta mirar fútbol, pero si me gusta jugar y lo he hecho varias veces.

Mientras observaba el comportamiento de las personas en el estadio, me di cuenta que en la banca de suplentes habían algunos jugadores esperando participar del juego, algunos de ellos, esperaron y esperaron a que los llamaran, pero eso nunca sucedió.

A veces en nuestras vidas estamos esperando en la banca de suplente, esperando una bacante de participación.

Muchas veces me he sentido de esa forma, "esperando en la banca de suplente" y aún en algunas áreas de mi vida me siento así, sentada ahí, esperando el momento oportuno, esperando ocupar un lugar, esperando al llamado.

La banca te permite opinar desde afuera del partido, eres parte, pero no participas, eres del equipo, pero no juegas, solo esperas al llamado. 

La banca es un lugar donde observas, aprendes, callas, te las tragas, te limitas muchas veces, te haces más humilde, escuchas, rabeas sólo muchas veces y tú mente vuela soñando ser parte; increíblemente en oportunidades hablas contigo mismo y te animas solo.

¿Qué podemos aprender?; la banca no es un lugar para los castigados, tampoco para los perdedores; si hoy sientes que estás sentado en la banca, míralo con los ojos de que algún día cuando Dios diga "ahora es", tú salgas corriendo de tan anhelado momento, con la diferencia que ya estás preparado y vas a trabajar para no volver a sentarte en la banca, no por orgullo, más bien porque quieres ganarte el lugar de ser parte del juego. 

¿En qué áreas de tú vida aún estás en la banca?, puede ser en tú trabajo, en la iglesia, en tú familia, en tú vida, en tus sueños, proyectos, decisiones, etc.

Recuerda, si en estos momentos estás en la banca, que sea un tiempo de aprendizaje, no para que sea un tiempo para lamentarte, no es un tiempo de descanso como muchos pueden creer o te lo hacen saber. Cuando te toque ser parte del juego, recuerda el momentos que estuviste allí, así entender siempre al otro, animarles, ayudar, fortalecer, instruir en amor, ser pacientes y por sobretodo no juzgar. Conozco personas que tienen una posición de importancia, sintiéndose con autoridad de decirte lo que les da la gana u otros que son indiferentes por el simple hecho de que tú no eres parte activa.

Dios sabe y conoce todo, Dios es un Dios de misericordia, es un Dios de amor y de oportunidades y ese es el filtro.


Mildred Iriarte A.

© 2020 Mildred Iriarte A., Chile
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