La razón de mi vida

22.05.2020

En mis pocos años de vida y etapas de ella, han ocurridos momentos cruciales, aún sabiendo que tengo a Dios de mi lado y estando en comunión con él, muchas veces a pesar de todo ello perdí mucho tiempo en pensamientos que no beneficiaban a mi mente y a mi vida.

Verdaderamente cuando la biblia habla de que el corazón del hombre es engañoso en todos sus sentidos, aquello es cierto, y aún sabiendo la verdad, tarde o temprano uno se ve envuelto producto del engaño del corazón. La pregunta a todo eso es ¿será que he perdido la sintonía con Dios?, y he llegado a la conclusión que Dios siempre está en sintonía con sus hijos, porque él sabe y conoce todo de nuestro interior, pero él quiere que vivamos como hijos que no saben como vivir aquí en la tierra para ser dependientes de él, así cuando un papá enseña a su hijo a dar sus primeros pasos; sin lugar a dudas no perdemos la sintonía desde la perspectiva de Dios, pero somos nosotros que la perdemos, engañados por nuestro corazón o a nuestra propia cordura.

Cuando Dios creó al hombre y a la mujer, estos los creó a su imagen y semejanza y lo hemos perdido, pero Dios cada día nos enseña a ser como él, en cada circunstancia de nuestras vidas, cómo poder recuperarla y la única manera es conociendo más a Dios, no por las cosas que él hace, sino por lo que él es, Dios, más de él y menos de mí.

Cada día me convenzo que Dios me ama y que él está interesado en mí, lo que me refleja y enseña que Dios es una relación y no una religión. Al vivir una vida religiosa, hace que vea a las personas sin transformación, pero cuando vivo una relación con Dios, experimento el verdadero amor de Cristo. El enemigo está interesado en no saber y perder el propósito de Dios en nuestras vidas y el hará todo lo posible para hacernos creer lo contrario a lo que Dios piensa de tu vida.

Te harán creer que el proceso que puedas estar viviendo no tiene sentido, te aconsejarán muchas cosas y muchos de esos consejos pueden ser muy buenos y acorde a lo que puedas estar viviendo, sin embargo Dios siempre tiene la última palabra, porque cuando conocemos a Dios y creyendo estar apartados de él, Dios siempre nos encaminará hacia su propósito divino y nada ni nadie podrá hacer frente a ese propósito. Lo que puedo aprender es que cuando una persona vive un proceso en su vida, no debemos intervenir según nuestros sentimientos u ojos humanos creyendo lo correcto, dejemos que Dios actúe y oremos para que Dios revele lo que realmente quiere obtener de todo eso, para no ser causa de tropiezo para el otro.

La vida está compuesta de muchos matices, que te van a llevar a preguntar ¿cuál es la razón de mi vida?; en la biblia hay versículo que dice ..."porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga". Mateo 11:30; la palabra Yugo se define como un aparato que aprisionaba el cuello de los cautivos y al que se ataban también las manos; asimismo, un trozo de madera convenientemente moldeado que se colocaba sobre el cuello de las bestias de carga para transportar objetos pesados (1). Lo hermoso del versículo mencionado anteriormente, es que cada día podemos vivir atados a Cristo, él nos dice que al lado de él todo es más liviano, además de saber que en esta vida no estamos solos, sino que él nos prometió que estará con nosotros todos los días de nuestras vidas y nos invita a saber y conocer que si colocamos nuestras mentes a disposición de él, nuestros pensamientos y actuar serán más ligeros y renovados; no es algo místico, es algo sobrenatural porque escapa del pensamiento humano y ante esa declaración no podemos hacer nada, aunque nos desviemos, Jesús lo dejó clavado en aquella cruz junto a su sangre derramada por amor a ti. Lo que no entendemos que para llegar a esa plenitud no es instantánea, es un proceso de toda la vida, pero cuando entendemos que Dios día a día trabaja en nuestro corazón, podemos vivir plenamente, porque él sabe todo de ti.

Confiar en Dios, no requiere no hacer nada, más bien requiere saber que él siempre nos va a estar acompañando porque siempre quiere lo mejor para ti.

Te has sentido cansado, al punto de no querer más nada y como decimos a lo buen chileno "tirar la toalla", a mi me ha pasado muchas veces, y no pasa por un cansancio físico o mental, sino más bien es un cansancio por ciertas circunstancia que pasan que simplemente no podemos controlar, lo divertido de todo eso, es que es en ese momento nos damos cuenta que no podemos controlar las cosas y llegamos al punto de decir por qué me sucede esto a mi, como creyéndonos una eminencia de la vida o más especiales que otros. Esto nos recuerda que somos humanos, que solos no podemos, que necesitamos algo extra para nuestra vida, ese es Dios.

No hay nada más poderoso, que sentirse triste o cansado y al otro día te levantas y Dios renueva tus pensamiento y te da fuerzas para continuar a pesar de la circunstancia que puedas estar pasando, porque conocemos y entendemos que es pasajero, ese es Dios, aquel que cuando tu mente dice no es posible, él te dice sí conmigo todo es posible, aquel que te susurra cada día, cada mañana y cada noche, diciéndote "..."porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga". ¡!Ese es Dios!!.

La esperanza la encontramos en Cristo, un Dios sobrenatural, que todo lo utiliza para nuestro bien, para un propósito y para llevarnos mas allá de lo que nosotros podamos imaginar. Es tan frágil nuestra memoria, que perdemos la confianza en él, dejándonos apoderar por pensamiento que no aportan para un bien, pensamiento que no provienen de Dios, haciéndonos creer que no podemos, haciéndonos creer que no tenemos esperanzas, haciéndonos creer que todo ya terminó. Sin embargo viene ese soplo maravilloso, esas palabras que son como una brisa que toca nuestro rostro para hacernos saber, que él nunca nos ha abandonado, que nunca nos dejará ni nos soltará.

Cuando Dios creó al mundo, dice la biblia que estaba desordenada y vacía, y él vino para dar un sentido y orden. Cuando Dios creó al hombre y a la mujer, al momento de desobedecer fueron destituidos del Huerto del edén, pero Dios siempre mantuvo un plan perfecto para sus vidas. Tenemos a un José, fué siempre un soñador que soñaba con grandes cosas sobre sí. Sin embargo, soñar con cosas grandes para sí mismo, despertó la envidia de sus hermanos, quienes lo vendieron como esclavo. Pero su aflicción no terminó allí, Potifar lo envió a la cárcel injustamente... No obstante, Dios bendijo a José: lo sacó de la cárcel y lo convirtió en el segundo al mando de toda la tierra de Egipto. Entonces Faraón quitó su anillo de su mano, y lo puso en la mano de José, y lo hizo vestir de ropas de lino finísimo, y puso un collar de oro en su cuello; Génesis 41:39-42. Job, siendo un hombre bendecido en gran manera por Dios, pero perdió todo lo que poseía, al punto de decir: "Perezca el día en que yo nací, Y la noche que dijo: 'Un varón ha sido concebido. Sea ese día tinieblas, No lo tome en cuenta Dios desde lo alto, Ni resplandezca sobre él la luz. Apodérense de él tinieblas y densa oscuridad, Pósese sobre él una nube, Llénelo de terror la negrura del día; pero Dios quitó la aflicción de Job, orando él por sus amigos: y aumentó al doble todas las cosas que habían sido de Job. Y vinieron a él todos sus hermanos, y todas sus hermanas, y todos los que antes le habían conocido, y comieron con él pan en su casa, y condolieron de él, y de todo aquel mal que sobre él había Jehová traído; y cada uno de ellos le dió una pieza de moneda, y un zarcillo de oro. Y bendijo Jehová la postrimería de Job más que su principio; porque tuvo catorce mil ovejas, y seis mil camellos, y mil yuntas de bueyes, y mil asnas. Existe un Gedeón, un hombre miedoso e inseguro, donde siempre buscaba esconderse de los Madianitas, que eran considerado como una amenaza. Sin embargo, fue a través de Gedeón que Dios liberó al pueblo de los Madianitas.

No existe transformación, si no hay un caos, no existe un cambio sino vives un desorden, porque Dios vino para ordenar lo que estaba desordenado, de esa manera nos recuerda que Dios día a día nos está transformando en cada área de nuestras vidas y que día a día necesitamos ser transformados por él. Reconocer que necesitamos de Dios, es dejar que él actúe en mi vida, en mi corazón, porque él es soberano.

En al algún punto de nuestra vida o en alguna circunstancia, propendemos al caos por el simple hecho que no lo sabemos todo, como humanos no podemos ser tan arrogantes como para resolver solos nuestros conflictos, más aun aquellos internos, lo del corazón, lo del carácter, el decidir, el reconocer, el dejar aquello que nos atormenta y que constantemente vuelve al caos. Será que no hemos tenido un encuentro real con Cristo, será que ese día cuando oraste no fue verdadero; en realidad no creo que haya sido así, simplemente nos cuesta creer que Dios está actuando en nuestras vidas, que estamos en un proceso y que Dios tiene un tiempo preciso para ti. Siempre escucha el consejo de Dios y sin lugar a dudas él usará personas para guiarte en el camino, para recordarte que tu corazón le pertenece a él. ¡Yo soy de Cristo!.

Será que existe un manual o un libro de auto-ayuda para saber cuál es el proceso que debes vivir en la vida. Hay algo que me ha llamado profundamente la atención, es que las personas cuando quieren enseñarte algo, hace de sus experiencias como un libro o como una autoridad de vida, como si fuera la única opción, donde muchas veces, esas experiencias se transforman en una piedra de tropiezo para otros, sin medir el efecto que pueda causar. Lo que no entendemos que hay algo más, algo sobrenatural y que te asegura que nunca te dejará en cualquier proceso que puedas estar viviendo. Con lo mencionado anteriormente no estoy diciendo que no debemos escuchar o aprender, lo que quiero decir es que Dios es el único que puede entender realmente el proceso que puedas estar viviendo y que siempre te acompañará hasta el final. Recuerda que Jesús cuando estuvo en la tierra él vino como hombre y padeció todo lo que nosotros podamos estar viviendo en esta hora.

Filipenses 1:6 dice: "estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo"... probablemente hoy puedas estar atravesando un momento difícil, o puedas estar pensando en algo que no le encuentres solución o simplemente no entiendes; responde esta pregunta ¿Quién comenzó en nosotros la buena obra? Y tu respuesta inmediata será Dios, ¿fue así?, pero en el proceso muchas veces lo olvidamos o quizás lo sabemos muy bien, a nivel mental e incluso teológico, pero en nuestro actuar muchas veces no es así y olvidamos fácilmente.

El proceso sin propósito no existe, porque como dice la biblia "él la perfeccionará hasta el día de Jesucristo"...esto indica que Dios siempre tendrá algo nuevo para ti, un propósito y que nunca te dejará, es allí cuando pasamos por distintas etapas que nos harán crecer:

1a Etapa: La prueba de nuestra fe.

2a Etapa: La prueba de nuestra firmeza o tendencia a ceder.

3a Etapa: La prueba de dependencia y de la oración.

Santiago 1:4 "Más tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna". La prueba de nuestra fe, es cuando llegas a un punto de decidir si depender

de Dios o en tu propio juicio. ¿Por qué perdemos la fe?, es curioso y como había nombrado más arriba, mentalmente somos expertos en fe, pero basta que pase algo en nuestras vidas, el propósito final es que podamos llegar a la perfección de la fe, por supuesto no como algo mecánico, sino entendiendo que siempre Dios tiene un propósito divino para nosotros; es allí que pasamos a la segunda etapa, la prueba de la firmeza o tendencia a ceder; me imagino que a nadie le gusta el sufrimiento, no lo creo, pero a veces vivimos como que nos gustara el sufrir, pero Dios no murió en una cruz para que viviéramos sufriendo, ni tampoco vino para dar sufrimiento y estar esclavizados en un circulo vicioso constante de angustia, el vino para darnos sanidad y esa sanidad la podemos experimentar día a día. Llegamos a un punto que muchas veces nos cuesta estar en una firmeza de fe, de saber que Dios actúa en forma sobrenatural, pasa que perdemos el sentido de lo maravilloso que es Dios y poderoso, producto de nuestro ensimismamiento cotidianos, o simplemente cedemos, por supuesto Dios no quiere eso, porque él quiere que vivamos en victoria, no exento de dificultades, no exento de problemas o tristeza, pero vivir con certeza de que es pasajero y que al otro día sale el sol iluminando todo y es la esperanza que Dios nos regala diariamente. Dios es real en todo momento y es bueno para con nuestra vida. El dolor es un proceso cuyo propósito no es solamente demostrar la gloria de Dios, sino también permitir que crezcamos tanto en el carácter como en la capacidad para enfrentar la vida. Santiago 1:2-4 declara que debemos considerarlo como sumo gozo sabiendo que contribuirá a alcanzar una vida que nos convierta en "perfectos y completos, sin que nos falte cosa alguna". Por eso es importante que conozcamos a Dios, sus características personales, porque él es fiable, estable, porque él promete estar siempre con nosotros, no solamente al inicio, no solamente al final, sino en todo nuestro proceso.

El punto de llegar a la dependencia y oración, no es fácil, es todo un proceso, no pasa por voluntad, no pasa por simplemente querer, a veces escucho personas hablar y decir "¿pero cómo no puede?, ¿cómo no toma una decisión? ¿cómo no se da cuenta?,¿cómo no deja de hacer eso?, créame si fuera tan fácil como esas preguntas, todos estarían convertidos, sanos, motivados, plenos, etc; hay algo más, es algo sobrenatural, no podría describirlo, es algo que usted debe experimentar. Dios quiere que usted lo experimente. La oración nos enfoca, nos desvía del problema y nos revela el corazón, nos examina y confronta, pero a su vez nos anima y reconforta.

Cuando llegamos al punto de conversar con Dios, es un paso sobrenatural, porque humanamente hablando no podemos por nuestras fuerzas. Una vez vi un corto, donde había una mujer llorando sentada en un sillón y le hablaba a Dios como si estuviera sentado en el otro sillón escuchando, pero es así, créame que cuando usted experimente hablar con Dios, será renovado.

Será que cuando oramos no lo hacemos de corazón, lo digo porque a veces volvemos al mismo patrón, será que solo lo hicimos porque existe Dios, no lo creo, pero como dice el título al inicio, es un proceso y es divino, porque proviene de Dios. ¡La gloria para Dios!.

¿Si no hubiera conocido a Dios?, una gran pregunta...

Donde estaría usted si no hubiera conocido al Dios que le ama. Sabe usted que Dios le ama, así es, le ama con amor eterno.

Muchas alabanzas expresan una gratitud a Dios por haber llegado a nuestra a vida, pero usted experimenta esa gratitud día a día. Puede dar gracias a Dios en este momento por haberle conocido y decirle que no hay nadie como él, puede decirle Cristo yo te amo, con un corazón ferviente en este momento. Puede decirle no sé donde estaría hoy si aquí no te tuviera, si no te hubiera conocido a ti Dios que me amas. Dígale Te amo Dios. No hay nadie como tú. Gracias Señor por tu eterno amor.

(1) https://www.wikicristiano.org/diccionario-biblico/significado/yugo/


Mildred Iriarte A.


© 2020 Mildred Iriarte A., Chile
Creado con Webnode
¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar